A su frente, Carlos María de Borbón y Austria-Este, autoproclamado duque de Madrid, bajo el nombre de Carlos VII entre 1868 y 1909, así como pretendiente legitimista al trono de Francia con el nombre de Carlos XI de Francia y VI de Navarra 1887-1909. Este nuevo carlismo es el que hizo la tercera guerra carlista y el que revivió luego en las luchas políticas del reinado de Alfonso XII. Antes de que los carlistas pudieran obtener armas suficientes y organizarse, los navarros fueron derrotados en Oroquieta (4/5/72) y los vizcaínos, faltos del apoyo de las otras provincias, firmaron el Convenio de Amorebieta (24/5/72) que ponía fin a la sublevación en condiciones honrosas. Los últimos grupos dispersos de guerrilleros carlistas desaparecerían en agosto, disolviéndose en septiembre el Ejército del Norte. La guerra, sin embargo, proseguiría en Cataluña.
El 21 de abril de 1898 EE.UU. declaró la guerra a España en términos tan altaneros como soeces y nunca usados en la diplomacia.
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