viernes, 24 de marzo de 2017

Conspiraciones, pronunciamientos y sublevaciones en el siglo XIX (4)

 

Conspiraciones, pronunciamientos y sublevaciones en el siglo XIX


En agosto de 1836, la Junta de Zaragoza proclamó la constitución de 1812, marcando lo que puede entenderse el principio del movimiento cantonalista. Argumentaba la Junta:



Separada esta provincia del actual Gobierno necesitaban acogerse a una bandera legal y conocida .y que otra mas noble pudiéramos buscar, ¿qué otra ofrece recuerdos mas grandiosos, acciones mas distinguidas, mas digna de los hijos de esta Patria? Sin embargo, los escritores que acusan a las provincias de haberse sublevado en obsequio de la Constitución, padecen un insigne error o se empeñan en sostener un sofisma desvanecido por si mismo. Es un sentimiento de reprobación hacia los actos del Gobierno lo que produjo el alzamiento: no era precisamente el amor a la Constitución por respetable que sea a los ojos de los españoles. La emancipación de las provincias, es el acto principal, el restablecimiento de la Constitución el secundario, y es tanto más cierta esta aserción cuanto hemos declarado del modo mas solemne que nos gobernaremos con arreglo a esta ley fundamental, mientras los Diputados de la Nación, no decidan sobre las que deben definitivamente gobernarle.” (El español 19-8-1836)

Las convulsiones dominaban la totalidad de la vida nacional, y como venía siendo costumbre, el Ejército no se libraba de las mismas. Unos sargentos pusieron en fuera de juego a toda la jerarquía militar. Algo que resultaría inaudito si no tuviésemos en consideración los intereses foráneos más arriba señalados. Parece que la inteligencia británica y su principal arma en España, la masonería, no andaba lejos de esos movimientos.

Una acción desjerarquizada de un grupo de sargentos consiguió que la cúpula militar se tambalease; varios generales optaron por abandonar el mando de sus unidades ante las consecuencias de la sargentada; Narváez abandonó su puesto en Aragón para adentrarse en Castilla con la excusa de perseguir al caudillo carlista Basilio García, que había iniciado una campaña de captación de voluntarios. Es, tal vez, el hecho más significativo por tratarse de la figura histórica que representa Narváez, pero

El resto de las brigadas quedaron muy afectadas por la desorganización y sin un general en jefe de quien recibir instrucciones. (Rújula 2008: 233)

En una concatenación de hechos, el 13 de enero de 1837, se produce una sublevación republicana en Barcelona, siendo sofocada y deportados sus instigadores. El 4 de mayo, nueva sublevación que provocó enfrentamientos con las tropas del ejército.
Su principal cabecilla, Ramón Xaudaró, sería detenido y dos días después fusilado por orden del gobierno presidido por el liberal José Mª Calatrava. (Rolandi 2005: 5)

Pero los acontecimientos de Barcelona no era un hecho aislado. Las intrigas en el campo isabelino llegaron al asesinato de varios generales, lo que conllevó que, en 1837, Espartero mandase pasar por las armas a los responsables de los motines acaecidos, sin que ello significase el fin de las intrigas. Tan es así que el 4 de Enero de 1838, el general Manuel de Latre se sublevaba en Andalucía.

Pero el pronunciamiento que tuvo mayores consecuencias  tendría lugar el 1 de Agosto de 1840 cuando el general Joaquín Baldomero Fernández Espartero Álvarez de Toro, liberal progresista, se subleva  contra el gobierno del conservador Evaristo Pérez de Castro y provoca el exilio de la reina Maria Cristina, terminando así su regencia. También se produce la rebelión de Zaragoza encabezada por el general Emilio Borso di Carminati. Espartero es nombrado regente mientras en Barcelona se produce una nueva sublevación republicana.

Entre pronunciamiento y pronunciamiento, las conspiraciones eran la constante de la vida nacional. Constante que se recrudecería con la frustración de las esperanzas suscitadas por la revolución de Espartero, que derivó en la ruptura política o el desencuentro del progresismo oficial, que apoyaba a Espartero, y el llamado “partido republicano”, que decía defender el “verdadero liberalismo” contra los “falsos liberales de septiembre”.

Así,  en 1841 tiene lugar una rebelión frustrada en Zaragoza a cargo del General Emilio Borso di Carminati, que significó su  fusilamiento el 11 de octubre. No sería la única de este año, ya que el 27 de septiembre, los generales Leopoldo O'Donnell, Montes de Oca, Diego León, y Manuel Gutiérrez de la Concha llevan a cabo su particular intentona, que tiene nueva réplica con protagonismo de O’Donnell el siete de octubre. En el curso de esta intentona, los generales Ochoa y Diego de León, intentan secuestrar a Isabel II.

¿Quién olvida la mañana del 2 de octubre [de 1841] en Pamplona? Sólo podrá hacerlo quien fuese bastante insensible para no haber participado de aquella profunda impresión que causó en todos los ánimos la difusión de la noticia de la sublevación de O'Donnell, circulando de boca en boca con la rapidez del rayo la nueva de que O'Donnell se había apoderado de la ciudadela de Pamplona proclamando la regencia de María Cristina. Los pronunciamientos de Bilbao y de Vitoria y los sucesos de Zaragoza se miraron como consecuencias naturales de la insurrección de O'Donnell como el desarrollo de un plan que debía de, estar combinado de antemano. (Balmes 1950: 134 vol 6)
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martes, 14 de marzo de 2017

SIGLO XIX: OBJETIVO, LA DESTRUCCIÓN DE ESPAÑA (4)

La conflictividad social seguía, y sólo remitía en tanto en cuanto crecía la conflictividad militar; así desde 1843 no se producen actos reseñables hasta que en 1848, se produjeron en España como en toda Europa, levantamientos, manifestaciones y protestas revolucionarias.

En el caso español se debieron más a la crisis económica con sus secuelas de hambre y miseria, si bien es cierto que los causantes de las mismas, en su versión de progresistas y republicanos (tengamos en cuenta que todos son ramas del mismo árbol, escisiones de partidos precedentes) estuvieron detrás. La respuesta del gobierno, liberal conservador, fue la suspensión de garantías constitucionales, acompañada de una durísima represión que culminó en docenas de fusilamientos.

El fracasado intento revolucionario acentuó la división del Partido Progresista, del cual surgió en 1849 el Partido demócrata.

En 1854, ya con Espartero recalificado, aunque durmiente en Logroño desde 1848, se produjeron estallidos revolucionarios en Barcelona, Valencia, Zaragoza y Madrid en la que fue conocida como “revolución de las barricadas”. En Barcelona se protestaba por la modernización de la industria textil, consiguiendo que fuesen desmontadas varias máquinas de reciente instalación.

La revolución prendió en otras ciudades como Valladolid, y la Reina Isabel II se vio obligada a llamar al general Espartero, quien compartió el poder con el general O’Donnell, en lo que se vino a llamar el Bienio Progresista, dando lugar a la convocatoria de Cortes, que se inauguraron el 8 de noviembre con el objeto de elaborar un nuevo cuerpo constitucional que finalmente sería truncado en septiembre de 1856 cuando Isabel disolvió las cortes, dio el poder al general O’Donnell y restableció la constitución de 1845.

Las críticas más certeras al progresismo las lanzaba en este momento Jaime Balmes, asegurando que:

Los hombres partidarios de innovaciones se agrupan en el partido progresista. Progresar es marchar hacia la perfección, que algunas veces será antidemocrática. Para el partido progresista progresar significa limitar las facultades de la corona y combatir las clases antiguas. Parecen demócratas porque invocan el pueblo, pero sólo invocan el pueblo que participa de sus ideas. (Balmes 1950: 57 vol 6)

Pero había otro tipo de críticas menos cultas; así, con ocasión del sorteo de quintas, el 6 de abril de 1856, se produce un motín en Valencia en contra del mismo, que es reprimido con una violencia extrema. El motín es ocasionado por los milicianos nacionales, que ya llevaban un rosario de incidentes de todo tipo, y que ya a primeros de este año, se amotinaron el 7 de enero, actitud que era aprobada por sectores del parlamento, que no dudaban en manifestar que:
Cuando se le quita a la Milicia el derecho de discutir; cuando se le cierra la boca, no le queda más que una boca abierta, y esa debe procurarse que esté siempre cerrada, -salvo cuando puede peligrar el orden público o la libertad; no le queda más boca abierta queja de su fusil, y yo quiero que antes que esa boca se presente a decir lo que desea, lo diga la boca del ciudadano, del hombre honrado. (Urquijo 1981: 42)

Y, ciertamente el fusil tuvo que hablar. El ambiente era tenso, y cuando circuló el rumor de que la ley había sido aprobada, el gentío se congregó en los alrededores del Congreso gritando ¡Viva la Milicia Nacional! y ¡Muera O'Donnell!

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domingo, 12 de marzo de 2017

Comentarios a la constitución europea (y 8)

En el articulo II-24, afirma que “. Los menores tienen derecho a la protección y a los cuidados necesarios para su bienestar.

Podrán expresar su opinión libremente. Ésta será tenida en cuenta en relación con los asuntos que les afecten, en función de su edad y de su madurez.”

Este extremo, que sí es asumible por un pensamiento humanista, no atiende, sin embargo, el derecho de los menores a ejercitar el voto, siendo, como son, destinatarios de numerosas e importantes medidas que, afectándoles directamente, son dictadas sin su concurso.

Otra cosa sería concederles derecho a voto, que sería ejercido por sus padres.

En su artículo II-34, en lo relativo a seguridad social y ayuda social
“La Unión reconoce y respeta el derecho de acceso a las prestaciones de seguridad social y a los servicios sociales que garantizan una protección en casos como la maternidad, la enfermedad, los accidentes laborales, la dependencia o la vejez”

Pero no habla para nada de los costos del mantenimiento de la citada Seguridad Social.

Parece indicar que todos tienen los mismos derechos, pero sucede que quienes no tienen hijos acaban resultando parásitos de quienes sí los tienen, y de éstos propios hijos, ya que no se atiende una debida atención a la familia, que a la postre es quién aporta nuevos cotizantes, y sin embargo se ve privada de todo apoyo, social, fiscal, económico…

En su artículo II-40, indica que “Todo ciudadano de la Unión tiene derecho a ser elector y elegible”, cuando todo hace indicar que tal afirmación, en los estados que la constituyen, no se cumple.

Para ser elegible se ha de ser miembro de un partido político, que además tiene a su disposición medios económicos públicos que ninguna persona posee.

Si una persona no se encuentra representada por ninguno de los partidos en liza, no puede presentarse a las elecciones, con lo que la afirmación es una nueva falacia.

En el artículo II-181, se incluyen en la unión europea “Los países y territorios no europeos que mantienen relaciones especiales con Dinamarca, Francia,
los Países Bajos y el Reino Unido”, pero “el Tratado por el que se instituye la Constitución no se aplicará a las zonas de soberanía del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en Chipre” (¿)

Resumiendo: Los gobiernos y estamentos contemplados en la Constitución europea son directamente atentatorios contra la integridad española y atacan directamente el hecho incuestionable de una cuestión histórica, moral y universal como es la Hispanidad

La Hispanidad, con España o sin España. deberá ser competencia directa, humana, cristiana y libre contra una Europa mercantilista, hedonista, atea y sin principios morales. Esperemos que sea con España.

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miércoles, 8 de marzo de 2017

FERNANDO VII, DESEADO Y FELÓN (2)


Lo curioso es la trayectoria de este personaje; repasémosla:

El 4 de Marzo de 1808 entró en Madrid de la mano de Murat, lugarteniente de Napoleón, mezclándose las expresiones de júbilo con la protesta por la presencia de las tropas francesas, mientras el general Castaños, por orden de Godoy, organizaba un ejército para enfrentarse a los invasores franceses, al tiempo que el propio Godoy trataba de llevarse la familia real a América.



Los días 17 a 19 de Marzo de 1808 se produce el motín de Aranjuez. Carlos IV abdica en su hijo Fernando VII, aunque el día 21 se retractó en un manifiesto sin valor, mientras en medio de un caluroso recibimiento, entraba Fernando VII en Madrid.

El 5 de Mayo de 1808, en un acto grotesco celebrado en Bayona, abdicó Carlos IV y abdicó Fernando VII. Carlos IV escribió un comunicado al pueblo español: “He tenido a bien dar a mis vasallos la última prueba de mi paternal amor (...) Así pues por un tratado firmado y ratificado he cedido a mi aliado y caro amigo el Emperador de los franceses todos mis derechos sobre España e Indias.; habiendo pactado que la corona de las Españas e Indias ha de ser siempre independiente e íntegra y que nuestra sagrada religión ha de ser la única que ha de observarse.”

La actitud de toda la casa real borbónica ante tales hechos, por sí sola, es merecedora del desprecio de los españoles, ya que sin pérdida de tiempo, y tras la humillante nota de Carlos IV, el 12 de Mayo, Fernando VII y los infantes Don Carlos y Don Antonio expidieron una proclama al pueblo español en la que comunicaban la felonía perpetrada una semana antes, y ordenaban que se defendieran y acataran las órdenes de Napoleón.

El 11 de Diciembre de 1813 se firma el Tratado de Valençay, mediante el cual Napoleón, que se encontraba acosado, devolvía la titularidad de rey a Fernando VII, a quién sabía enemigo de los liberales, y con cuyo concurso tranquilizaba la situación militar francesa por el sur. A pesar del tratado, Fernando VII siguió en poder de Napoleón hasta marzo de 1814, y por otra parte, el tratado no tenía validez, ya que se requería la anuencia de las cortes.

El 22 de Marzo de 1814, tras el tratado de Valençay, queda restaurada la monarquía de Fernando VII, cuando entra en Madrid.

El 12 de Abril de 1814, la nobleza dirigió a Fernando VII el que fue conocido como “Manifiesto de los Persas”. Se le llama manifiesto de los persas porque el texto inicia como sigue: “Era costumbre de los antiguos persas pasar cinco días de anarquía después del fallecimiento de su rey, a fin de que la experiencia de los asesinatos, robos y otras desgracias les obligase a ser más fieles a su sucesor…"Ante el manifiesto, Fernando VII adoptó las formas que le eran propias, asumiendo aquellos asuntos que se denunciaban y rechazando las ideas que para resolver los problemas se proponían, con lo que se dio lugar a lo que acabaría siendo el sexenio absolutista.

No era ese el objeto del manifiesto de los persas, ya que en el mismo se proponía la aplicación de reformas administrativas y políticas. Nada tenía de reaccionario ni de absolutista, salvo a la vista de los enemigos de la tradición. También se pedía el restablecimiento de la Inquisición, que había sido suprimida por decreto de las cortes de 28 de febrero de 1813. Prácticamente éste fue el único extremo del manifiesto que tendría cumplimiento, pero de una institución que, ni remotamente, tenía parecido con el cometido para el que había sido creada.
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Fernando VII, deseado y felón (8)

Pero el espíritu del liberalismo impregnaba profundamente a quienes ostentaban el poder, por lo que no dudaron en presentarse ante el pueblo como lo que no eran, y es que, como señala Carlos Marx,
Entre los españoles, para vencer, la propia revolución hubo de presentarse como pretendiente al trono. La lucha entre los dos regímenes sociales hubo de tomar la forma de pugna de intereses dinásticos opuestos.../… Fue precisamente Fernando VII quien proporcionó al partido revolucionario y a la revolución un lema monárquico, el nombre de Isabel, en tanto que legaba a la contrarrevolución a su hermano don Carlos. (Marx 1854)

Pero había algo más… los liberales victoriosos precisaban ver reconocida su nueva situación con algo más; así, el 22 de marzo de 1833 de produce una ampliación del decreto de amnistía por el que se conceden sueldos a los que se habían exiliado, y se les habilita para ocupar los puestos a que hubiere lugar.

El mentado decreto de amnistía señala:
Artículo 2º: Los que al tiempo de su emigración llevaban 15 años de servicio, acreditados en la forma determinada para las respectivas carreras, serán reintegrados en el uso de los respectivos uniformes militares o civiles, distintivos, y fueros que entonces les corresponderían por retiro o jubilación de los empleos legítimos que hubieren obtenido, o que Yo hubiese revalidado. (Anónimo 1839: 202)

Art. 13. Son también comprendidos en el mismo Real Decreto de Amnistía los que hubiesen tomado parte en la insurrección de América, y los que después de haber permanecido en los países insurreccionados, se hallasen restituidos á su patria al publicarse dicho Real Decreto: para quienes serán aplicables, según sus respectivos casos y particulares circunstancias, las disposiciones del presente Decreto. (Anónimo 1839: 204)

Fernando VII sellaba con estos decretos, no ya su dependencia, que caso de haber sobrevivido, probablemente hubiese acabado alterándolos cuando le hubiese resultado conveniente, sino la dependencia de su sucesora.

El 20 de junio de 1833, se produce la jura de Isabel II en el Real Monasterio de San Jerónimo de Madrid. Contaba tres años de edad.

El 29 de septiembre de 1833 fallecía Fernando VII y, en nombre de Isabel II, la reina María Cristina ocupaba la regencia, en la que permanecería hasta 1840 en que es mandada al exilio por Espartero.

A partir de este momento vuelven del exilio los responsables del trienio liberal: Cea Bermúdez, Martínez de la Rosa (conocido como Rosita la pastelera)… y de inmediato, en 1834, los frailes fueron acusados de haber envenenado las aguas, lo que provocó una epidemia de cólera, y este fue el argumento para llevar a cabo una feroz persecución religiosa que se llevó por delante a toda una comunidad, excepción hecha del padre Muñoz, cuñado de la reina, a quién le es respetada la vida. Otros conventos no conocieron supervivientes; sus miembros eran asesinados a la vista de las fuerzas del orden. Los desórdenes, según escribe Martínez de la Rosa se cobraron la vida de 300 víctimas. Los desórdenes se extendieron a Zaragoza, donde un fraile renegado, Crisóstomo de Caspe, destacó por su sadismo en medio de la inmunidad y sería fusilado posteriormente por los carlistas; a Murcia; a Reus, donde quemaron todos los templos; a Barcelona, donde hacen lo mismo; a Valencia… Se crean juntas independientes en Cataluña, Valencia, Zaragoza, Andalucía… cuya primera misión es exterminar a los religiosos y crear constantes desmanes. La descomposición de lo que quedaba de España.

Desde este momento, casi sesenta gobiernos se sucederán velozmente en el poder. Pueden distinguirse distintos períodos según la tendencia política que presidiera el gobierno: período liberal (1833-36), regencia de Espartero (1840-43), transición (1843-1844) a la década moderada (1844-54), bienio progresista (1854-56), reacción moderada (1856-58), gobierno de la Unión Liberal (1858-64) y el cuatrienio final de tendencia ecléctica. El último gobierno del reinado, presidido por el ultra conservador González Bravo, representó la reacción autoritaria que desencadenó la Revolución de 1868 y la crisis final de la monarquía.
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sábado, 4 de marzo de 2017

EL DERECHO DE INDIAS (4)

EL DERECHO DE INDIAS (4)


Sí, existían abusos, pero como hemos visto más arriba, esos abusos darían lugar a las Leyes de Burgos de 1512, y las deficiencias en su aplicación serían consecuencia de la celebérrima Controversia de Valladolid de 1550-1551.



Lo que resulta curioso es que esta actuación, que es ejemplar y sin parangón en el derecho europeo, es usada justamente por quienes jamás hicieron algo igual, para combatir a quién sí lo hizo, sin tener en cuenta que “fue en la Junta de Burgos cuando Matías de Paz, formuló por primera vez la teoría de que el indio era un ser humano pleno de derechos, estableciendo las bases de la doctrina que Vitoria sistematizaría 20 años después.”  A este respecto debemos matizar que no es del todo cierto el aserto,  ya que la santa reina, Isabel, lo había señalado veinte años atrás.

“La Junta de Burgos llegó a las siguientes conclusiones:
1. Los indios son libres y deben ser tratados como tales, según ordenan los Reyes.
2. Los indios han de ser instruidos en la fe, como mandan las bulas pontificias.
3. Los indios tienen obligación de trabajar, sin que ello estorbe a su educación en la fe, y de modo que sea de provecho para ellos y para la república.
4. El trabajo que deben realizar los indios debe ser conforme a su constitución, de modo que lo puedan soportar, y ha de ir acompañado de sus horas de distracción y de descanso.
5. Los indios han de tener casas y haciendas propias, y deben tener tiempo para dedicarlas para su cultivo y mantenimiento.
6. Los indios han de tener contacto y comunicación con los cristianos.
7. Los indios han de recibir un salario justo por su trabajo.”

Es en suma una declaración de derechos humanos que ya la quisieran para sí muchos europeos, que empezaron  a conocerla como propuesta en el siglo XVIII, y no con el apoyo que tenía la de la Junta de Burgos.

Centrándonos en la Encomienda, que tanta discusión levantó, debemos señalar que fue la forma que se encontró para organizar administrativa y laboralmente a los indígenas; formula que, discusiones aparte, posibilitó la creación del cabildo, base de la cultura urbana.

Pero es que, además, en la encomienda se basó la voluntad manifiesta de crear mestizaje además de otras cuestiones como las del respeto por la cultura nativa, siendo que “la adopción de elementos culturales hispánicos por parte de los indígenas no supuso una pérdida o decadencia cultural sino adaptabilidad y vitalidad (sexto indicador de la vitalidad cultural indígena después de la conquista). Los indígenas tendían a ver los préstamos -ya fueran palabras, conceptos, modos de comer, de culto, de construcción de edificios, de planificación urbana- no como elementos foráneos sino como parte de las prácticas y costumbres comunitarias. No los consideraban españoles, ni indígenas, sino locales. Y esto era así gracias a la integración y prosperidad de las comunidades municipales semi autónomas.”   Se manifestaban, así, como exitosas, las instrucciones marcadas por la reina Isabel.

Pero como hemos señalado, los juicios emitidos sobre la encomienda suelen estar sujetos a prejuicios sin excesiva base. Un personaje que resultó decisivo en este prejuicio fue Fray Bartolomé de las Casas, cuyos textos serían usados posteriormente para forjar la Leyenda contra España.

El dominico, que acabaría siendo nombrado Defensor Universal del Indio y Obispo de Chiapas, en su afán de llevar a la perfección las instrucciones humanistas de la Monarquía Hispánica, incurrió en una serie de acusaciones que históricamente podemos calificar de inaceptables.
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jueves, 2 de marzo de 2017

Nada en común (IX)

Sigue 1965

No se puede decir de Cesáreo que, si no se vio envuelto en el lío de Ricardo, fue por pusilanimidad. Y no se puede decir, porque en la clase existían dos alumnos que se llevaban la palma en castigos: José y Cesáreo. ¿Motivos? Sin lugar a dudas inocentes.

Recuerda con alegría el castigo de estar tres meses de rodillas, como recuerda con alegría aquel día que fue castigado, él y toda la clase, ¿niñas incluidas? (ahora tiene dudas), a un bofetón por parte del señor Moreno.

¿Por qué sería la torta? Ahora, cualquier psicólogo tarado verá en el hecho una alteración de la psique del Sr. Moreno. Pobre hombre. Lo que sucede es que debía estar hasta el gorro de aquella tropa, y la única manera de reconducirla era asentando su mano sobre las tiernas mejillas de quién se había pasado. La tropa acabó dándole las gracias, al menos Cesáreo, que siempre recordó el hecho con cariño, y lo que es más curioso,
habiendo olvidado por completo qué provocó tan justa reacción.

Y es que, en aquellos momentos, los educandos no tenían “profesionales de la educación” al frente de las aulas, sino maestros; personas que creían en la educación, que se lo tomaban a pecho; personas que, como es el caso, si tenían que dar una torta, lo hacían con dolor y sin remordimiento... y con la anuencia de los progenitores. Nada que ver con la triste realidad de la educación en España en el último cuarto de siglo XX y hasta la fecha.

Ahora, en vez de maestros hay “profesionales de la enseñanza”; pobres personas a las que la administración no les permite superar su situación de funcionarios; a quienes se les obliga a ser incapaces de comprender que están tratando con personas; pobres personas que en demasiadas ocasiones se ven acosados por unos chiquillos que han perdido su condición de educandos y ejercen como auténticos tiranos, discípulos de un
sistema antihumano cuyo fin es crear esclavos; de un sistema que, para cubrir sus objetivos, quita toda autoridad a quienes debían ser maestros, al tiempo que engaña a quienes debían ser educandos, invistiéndolos de unos supuestos derechos que a la postre, amén de amedrentar a sus educadores, hará de ellos mismos unos siervos indefensos; unos pobres autómatas sin ningún tipo de criterio que, fácilmente manipulables, se creerán libres al poner una papeleta en una urna con el objetivo de legitimar el gobierno del tirano; del mismo tirano que lo mantiene inculto, manipulado por unos medios de comunicación incalificables, y totalmente incapacitado para ejercitar cualquier acto de libre albedrío.

¿Qué habrá sido de D. Pedro?; ¿qué del señor Moreno? Ambos, por cuestiones de edad estarán jubilados hace años, pero ¿habrán aguantado el tirón? ¿se habrán adaptado al sistema? ¿o habrán sido de los que han optado por el engaño de la prejubilación anticipada al objeto de huir de su triste situación?

Lo que resulta evidente es que, entonces, ni los chicos ni los maestros necesitaban “ayuda psicológica”. Curiosamente ahora es justo al revés. Curiosamente, ahora, en democracia, los “profesionales de la enseñanza” se ven obligados a buscar ayuda médica, psicológica y policial, mientras los educandos se ven abocados a la delincuencia, a la falta de respeto a quién les rodea, a agresiones de otros compañeros, a atención psicológica... Pero pueden votar. Para el sistema, el cambio es positivo. Dicen que todos somos más libres...

La toma de contacto con la O.J.E. fue sumamente significativa para Cesáreo. Allí conoció el desarrollo de la libertad y el desarrollo del pensamiento. En vez de escuchar que todos éramos iguales, como sucede ahora mismo y desde hace casi medio siglo, cuando debemos constatar que unos son más iguales que otros, vivió desde el primer momento la igualdad.

Un uniforme austero garantizaba que nadie hiciese alardes; garantizaba una primera igualdad que se mantendría en todos los aspectos de la vida que permitía contemplar lo que realmente hacía distintas a las personas: su capacidad de entrega y su capacidad de discernimiento.

Allí comprobó que en el capítulo de derechos, ciertamente todas las personas debemos ser iguales; y ello implica la diferencia en lo tocante a las responsabilidades.

Y es que las personas son distintas unas de otras, y casi casi podemos decir que cuanto más distinta es una persona, es más igual a las demás.
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miércoles, 1 de marzo de 2017

LA LEYENDA NEGRA (4)

LA LEYENDA NEGRA (4)

 Los sofistas, los pre-ilustrados desarrollaron una extraordinaria labor inventiva como arma con la que combatir a España. No podían con ella en los campos de batalla y no podían introducir sus ideas en España, pero sí podían reproducir hasta la saciedad la mentira criminal: “En 1570 se hacía circular en los Países Bajos el rumor de que el Santo Oficio había declarado a todo el pueblo flamenco convicto del delito de lesa majestad y lo sentenciaba a la exterminación y la confiscación de sus bienes. En 1578 se publicaba en holandés la Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias de Las Casas que echaría más leña al fuego de la agresividad contra España…Inquisición era ahora la subvertidora de las libertades políticas, el poder escondido detrás de Felipe II y el enemigo natural de todo aquel que amara la religión. En 1580 se escribió la Apología de Orange (escrita en realidad por Pierre Loyseleur de Williams, un refugiado francés de la Noche de San Bartolomé) que introduciría en la crítica el tema de Don Carlos, el hijo de Felipe II muerto en 1568. Así, se introdujo el retrato de una Inquisición como enemigo de la libertad política y encontró lectores identificados en la Inglaterra isabelina y la Francia hugonote.”



Es la tergiversación de todos los principios; la confusión de lo bello y de lo horrible; de lo alto y lo bajo; de lo sabio y lo estúpido; de lo justo y lo injusto. “Inglaterra se erigió en la principal defensora de las ideas de los rebeldes flamencos con la experiencia de la política represiva de María Tudor sobre los herejes británicos. La obra de Montano tuvo gran éxito en Inglaterra gracias al prefacio de Thomas Skinner, a la medida de lo que requería la opinión inglesa. Francia, con la imagen de la amenaza de la Inquisición política que había pretendido crear Enrique II y que boicotearon los Parlamentos franceses, llevó a cabo una crítica de la Inquisición menos ideológica y más político-nacional que la que se hizo desde los Países Bajos o Inglaterra. Según El Antiespañol de Arnauld la Inquisición perseguía a todo el que no tenía el alma “tintada a la española”

La postura de Inglaterra y de los Países Bajos estaba clara; la primera llevaba una trayectoria secular lo suficiente deleznable como para generar semejante leyenda, pero fue seguida de otros.

“Francia también se sumó a la crítica contra España, pero no pudiendo argumentar desde una posición confesional enfrentada, lo hizo desde un fuerte elemento galicano. De ahí que la Inquisición no fuera enjuiciada tanto como una institución viciosa, sino como encarnación de las características negativas de la “nación española”: la tiranía, la crueldad, el fanatismo, la ambición de poder y dominio y la profunda hipocresía de los españoles estaban escondidos bajo la piel inquisitorial. Así se expresaba el Antiespagnol, el panfleto de A. Arnauld en 1591, citando los ejemplos de Nápoles y Milán donde, según su autor, la Inquisición se había encargado de eliminar a las familias críticas con el gobierno español: “Esta Inquisición (...) bajo el falso pretexto de la religión hace perecer miserablemente a todos aquellos que detestan la tiranía española (...). Son verdugos tales que trastocan el orden y toda forma de justicia para hacer morir a aquellos a quienes odian”

Esa actitud, manifiestamente basada en la mentira sólo provocó en los españoles rencor y desprecio hacia todo lo europeo; España había estado fuertemente implicada con Europa a lo largo de la Edad Media, pero la edad moderna estaba elevando muros que sólo podían caer de dos maneras: siendo aniquilada España, o siendo aniquilado el pensamiento materialista y europeo naciente en esos momentos en los que Europa entera creía que el poder español acabaría por conquistar el orbe entero.

Si lamentablemente estaban equivocados en cuanto al potencial de conquista que tenía España, es consolador pensar que el dominio del mundo que hoy tienen esas ideas tampoco será eterno.

No obstante esa feroz campaña que todavía no ha cesado y que ha acabado haciendo mucha mella incluso en la práctica totalidad del pueblo español, había europeos honrados que conocían la realidad de España. “No todos los viajeros tuvieron tanto recelo ante la Inquisición. El reverendo Joseph Townsend es uno de los pocos hombres de formación científica que viajaron por la Península. Estudió en Cambridge y, posteriormente, decidió trasladarse a Edimburgo para completar su formación. Fue ordenado pastor en 1763. Viajó por España durante los años 1786 y 1787; su relato,  Journey through Spain in the years 1786 and 1787 se publicó en 1791 y fue traducido al alemán en el mismo año y al francés en 1809. Townsend relata su amistad con un inquisidor de Granada. Ante el asombro del arzobispo de la ciudad que le preguntó “cómo un pastor inglés, un maestro de la herejía, podía arriesgarse a pasear en coche acompañado de dos inquisidores”, Townsend respondió que había comido con los inquisidores comprobando “que comían carne de vaca y carnero como los demás, por lo que inferí que nada tenía que temer de ellos”.

Otros autores no han formado parte del rebaño de detractores malformados o perversos que han conformado la Leyenda Negra de la Inquisición y de España y que han coadyuvado la creación de un público iletrado capaz de despotricar contra la labor de España y de la Inquisición, aunque ello represente arrancar de su alma lo mejor que es capaz de generar. Otros autores han existido que han sido honestos y han transmitido lo que han conocido; a alguno nos hemos referido en este trabajo, y no somos los únicos en haberlos descubierto; el Doctor Casaus, Arzobispo de Guatemala en el siglo XIX “asegura haber visto siete apologías del tribunal, compuestas por otros tantos franceses de nota, que son Bergier, Gaucat, Vairacio, Albonio, Mabrio y Fonten.”  Ahora, en el siglo XX, a Dios gracias, están saliendo investigadores que no dudan en declarar la verdad. Lo que hace falta es que la gente, muy especialmente el mundo hispánico sea capaz de conocer su historia para poder estar orgulloso de ella.

Por su parte, Melchor  de Macanaz, después de un serio encuentro con la Inquisisición, señala “que los hereges, y no pocos católicos engañados por ellos, han dicho contra la santa Inquisición y su modo de proceder contra los reos; y satisfacen todas sus artificiosas imposturas, blasfemias y calumnias… y se demuestra como reina la caridad, en quanto el santo Tribunal practica.”

Expresión enrevesada, pero que acaba dando algo de luz donde otros sólo han puesto tinieblas.
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Enero perpetuo

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Kalendario

Enero

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Febrero

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Marzo

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Abril

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Mayo

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Junio

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Julio

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Agosto

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Septiembre

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Octubre

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Noviembre

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Diciembre

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